El cacique

Este grabado en madera fue realizado por Leopoldo Méndez durante su participación en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), un organismo que integró en los años treinta del siglo pasado a destacados creadores e intelectuales de la época. La LEAR tuvo como propósito "contribuir con los medios del arte a la unidad de la clase obrera y luchar contra el imperialismo y la guerra". Esta satírica imagen, en la línea de las tradicionales calaveras popularizadas por Manuel Manilla y José Guadalupe Posada, apareció publicada en la portada del primer número de la revista Frente a Frente, el órgano editorial de la LEAR, el primer día de noviembre de 1934. La imagen sintetiza las disputas ideológicas imperantes en un sector de la LEAR ―y en general entre los sectores intelectuales y culturales del momento― y ejemplifica las críticas de aquellos miembros identificados con las líneas políticas del Partido Comunista Mexicano y el estalinismo, en abierta oposición a la influencia de Plutarco Elías Calles en la escena política y en contra de las posturas que simpatizaron con el ideario trotskista. En ella, destacan dos calaveras que aplauden a la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Carlos Chávez, quien fue cuestionado por su participación en distintas ceremonias oficiales: una que, respaldada en el símbolo del partido nacionalsocialista, representa a Carlos Riva Palacio, quien fungía como jefe del Partido Nacional Revolucionario, fundado por Calles. Sentada a su lado, como una "aliada del capital" , otra calavera que representa al pintor Diego Rivera, muralista que para entonces había sido expulsado del Partido Comunista por su identificación con las posturas e iniciativas de León Trotsky, el ex líder del Ejército Rojo quien desde el exilio impulsó la creación de la IV Internacional y criticó duramente el régimen de José Stalin.