Piscina

La Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) conjuntó a un amplio sector de creadores e intelectuales identificados con el ideario anti-fascista y que se posicionaron en la escena cultural y política durante la institucionalización de los gobiernos posrevolucionarios. El artista y militante comunista Leopoldo Méndez no fue ajeno a la disputa ideológica y política prevaleciente a partir de 1934 y en la LEAR fue un distinguido ilustrador y portadista de varias publicaciones, así como un creador de imágenes que lo identifican con su militancia antifascista y anticallista. Desde finales de la década de 1920 hasta la consolidación del gobierno encabezado por Lázaro Cárdenas, la historia política de México se desenvolvió en un período reconocido como el "Maximato", caracterizado por la decisiva la influencia de Plutarco Elías Calles en las distintas administraciones presidenciales que sucedieron a la suya. Fue también el tiempo en el que Partido Comunista Mexicano fue declarado ilegal, hasta 1935. Los primeros años del sexenio cardenista enmarcaron una disputa política y mediática entre las facciones afines al fundador del Partido Nacional Revolucionario y el gobierno del general michoacano, que culminó finalmente, en abril de 1936, con la expulsión de Plutarco Elías Calles, quien partió al exilio hacia los Estados Unidos acompañado por otros tres políticos cercanos al sonorense: Luis L. León, Luis Napoleón Morones y Melchor Ortega.Aquella confrontación vivió momentos álgidos hacia finales de 1935, cuando Calles intentó defender su postura política en contra de las acusaciones promovidas por los simpatizantes de Cárdenas, quien para entonces había expulsado de su gabinete a los seguidores de Calles y recuperado el control político del Partido Nacional Revolucionario, entonces en el poder. Resalta en este marco la nota publicada el 17 de diciembre de ese año por el diario callista El Instante, en la que se anunciaba la "conformación de… [el] 'Partido Constitucional Revolucionario’ formado por quienes apoyaban al general Calles, que habían sido excluidos del partido [PNR] y del gobierno" .Este contexto nos marca la pauta para la interpretación de la imagen de Leopoldo Méndez titulada La piñata política o simplemente La piñata, una estampa consignada como grabado en linóleo y en la que su autor satiriza la constitución del Partido Constitucional Revolucionario, cuya vida política apenas se prolongaría hasta 1936. Para esos años, la LEAR había marcado abiertamente su apoyo a la política anti-callista del general Lázaro Cárdenas y había publicado tanto artículos como imágenes contra el "Jefe Máximo de la Revolución". La escena discurre en un ambiente festivo, propio de las posadas decembrinas, en las que se resaltan cuatro personajes pertenecientes a las clases populares que festejan la llegada del año venidero y el rompimiento de una piñata, la cual representa a la vez la identidad de aquel partido político emergente y el propio retrato de Plutarco Elías Calles como agente vinculado al nazismo y al capital, de acuerdo a las insignias que se distinguen en el puñal ensangrentado y el saco de dinero que porta en sus manos. De la olla fracturada que da cuerpo al expresidente de México y en la que se asoma el cañón de un revolver, caen símbolos y figuras alusivas a las fuerzas consideradas entonces como reaccionarias y "enemigas de México" por los sectores militantes del Partido Comunista y la LEAR: la Iglesia católica, la facción anti-semita Acción Revolucionaria Mexicanista y su grupo armado, los Camisas doradas, éstas últimas bajo la representación caricaturizada de su dirigente Nicolás Rodríguez Carrasco. Se distinguen también entre los "frutos" los nombres de políticos cercanos al "Jefe Máximo de la Revolución mexicana", como Luis N. Morones, Luis Araiza y, posiblemente, los retratos de dos extitulares del poder ejecutivo durante el Maximato: Abelardo L. Rodríguez y Pascual Ortiz Rubio. Destacan en la imagen otras dos alusiones que completan la escena: una a la compañía Fomento y Urbanización S.A. (FYUSA), fundada por el general, empresario y político prominente durante el Maximato, el regiomontano Aarón Sáenz, y en cuya sociedad participó Plutarco Elías Calles; otra, contra el escritor y fundador de la LEAR, Rubén Salazar Mallén, quien al renunciar a su militancia comunista, en 1933, se identificó con el ideario de Mussolini y el fascismo.