Anónimo
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Cuerpo y persona
Patricia Gallardo Arias (Dirección de Etnohistoria del Instituto Nacional de Antropología e Historia), Wolfgang Effenberger (Posgrado en Estudios Mesoamericanos-Universidad Nacional Autónoma de México), Gemma Orobotg Canal (Departamento de Antropología Social), David Lorente Fernández (Dirección de Etnología y Antropología Social, Instituto Nacional de Antropología e Historia), Pavel Alonso García Magdaleno (Posgrado en Estudios Mesoamericanos-Universidad Nacional Autónoma de México), Lourdes Baez Cubero (Subdirección de Etnografía, Museo Nacional de Antropología, Instituto Nacional de Antropología e Historia), Imelda Aguirre Mendoza (Investigadora del Programa Nacional de Etnografía de las Regiones Indígenas en el Nuevo Milenio-Instituto Nacional de Antropología e Historia, equipo centro-norte), Iván Pérez Téllez (Secretaría de Cultura de la Ciudad de México), Jaques Galinier, Alonso Guerrero Galván (Dirección de Lingüística del Instituto Nacional de Antropología e Historia), Laura Romero (Universidad de las Américas Puebla), Carlos Arturo Hernández Dávila (Profesor e investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia)
Instituto Nacional de Antropología e Historia
Lucía nació en Zaragoza, Sicilia, dentro de una familia rica e ilustre. Su madre Euticia, arregló el matrimonio de la joven Lucía con un pagano, del que se libró gracias a una prolongada enfermedad padecida por su madre. Por consejo de Lucía fueron a Catania a suplicar a santa Agueda la curación de Euticia y después de que aquella tuvo un sueño en que se le apareció santa Agueda, su madre quedó sanada. Después del milagro, Euticia permitió a su hija consagrarse a Dios y le concedió regalar toda su dote y herencia a los pobres. Su prometido, enfurecido por el desprecio de Lucía y por la pérdida de la dote, la denunció ante Pascasio como cristiana. Lucía compareció ante este juez, quien intentó convencerla de volver la espalda al cristianismo. La santa defendió sus creencias con tal elocuencia que Pascasio enfurecido la condenó a ser llevada a una casa de prostitución, pero fue imposible moverla del sitio donde se encontraba. Entonces mandó que la rodearan de leña y la rociaron de aceite para quemarla, pero las llamas no la tocaron. Por último, Pascasio mandó atravesarle la garganta con una espada. Ella, antes de morir, anunció la muerte del emperador Maximiliano y la expulsión de Dioclesiano. Recibió la comunión y entregó su alma a Dios el 13 de diciembre del año 304. (1) En esta obra la santa aparece con la palma del martirio y con unos ojos colocadas sobre una charola. Este atributo se le dió durante la Edad Media, debido a que su nombre significa luz, tomándose desde esa época como patrona de los enfermos de la vista.
1. Pedro de Ribadeneira, Flos Sanctorum, t. VIII, pp. 591-593. Alban Butler, Vidas de santos, t. IV, p. 549
Data Sheet | |
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Title | Santa Lucía |
Creator | Anónimo |
Type object | Imagen fija, Pintura de caballete, Representaciones de santas |
Institution | Instituto Nacional de Antropología e Historia |
Available formats | 23 CM |
Identifier | oai:mexicana.cultura.gob.mx:0014137/0089767 |
View original record | http://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/pintura%3A2793 |
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