Virgen del Rosario

La obra representa un pequeño altar cuya imagen central es una escultura de la advocación de la Virgen del Rosario. Sostiene un sartal en la forma dada por santo Domingo hacia el año 1208. (1) Esta paternidad es reforzada por los ángeles que llevan el escudo de la orden de santo Domingo en el remate del altar. La Santísima Trinidad se hace presente en la obra al estar el Niño en brazos de la Virgen, el Espíritu Santo sobre ésta y el Padre Eterno culminando la estructura del altar. Tanto las rosas que rodean el halo de María, como las guirnaldas que son sostenidas por los angelillos, recuerdan los rosarios tejidos de rosas que circundaban la imagen de la Virgen desde el siglo XVII. Es importante resaltar la riqueza que dan a la obra las guirnaldas y hojas de acanto doradas que decoran a las pilastras, los estípites y arcos de medio punto que componen el altar, así como los angelillos y cortinajes. Fue relativamente común, desde el siglo XVII, iluminar con óleo los grabados y pegarlos a telas de lino adheridas a su vez a un bastidor, para dar la apariencia de pintura sobre tela, como en este caso.

1. Alonso Perujo Niceto y Juan Pérez Angulo, Diccionario de Ciencias Eclesiásticas, t. IX, p. 224.