Ecce Homo

Las visiones de las monjas fueron una importante fuente iconográfica para los pintores. Sor María de Jesús de Agreda describe al Ecce Homo así: "Parecióle a Pilatos que un espectáculo tan lastimoso como estaba Jesús Nazareno movería y confundiría los corazones de aquel ingrato pueblo, y mandóle sacar del pretorio a una ventana donde todos le viesen así como estaba azotado, desfigurado y coronado de espinas con las vestiduras ignominiosas del fingido rey. Y hablando el mismo Pilatos al pueblo, les dijo: Ecce Homo, veis aquí al hombre que tenéis por vuestro enemigo ¿Qué más puedo hacer con él que haberle castigado con tanto rigor y severidad? No tendréis ya que temerle. Yo no hallo en él causa de muerte".(1)La importancia de esta obre radica en la representación de Cristo de frente y espalda. La corona, las ataduras y la caña son de plata, sobre puestas, técnica frecuente en el siglo XVIII ésta es una de las pocas láminas de hojalata de la época colonial que se conservan en el acervo del Museo Nacional del Virreinato.(1. Sor María de Agreda,Mística ciudad de Dios..., p..., 1077).