Retrato de dama

Pintora francesa considerada la más famosa del siglo XVIII. Recibió las primeras enseñanzas de su padre, el retratista Louis Vigée y fue alumna de Joseph Vernet y de Jean-Bautiste Greuze. Se convirtió en la pintora oficial de la reina María Antonieta. Su taller tenía una gran demanda y su reputación llegó a las esferas oficiales. En 1775 se le autorizó asistir a las sesiones y tomar parte de las discusiones de la Academia y en 1783 fue reconocida como miembro numerario consiguiendo ser admitida con el cuadro La Abundancia regresa con la Paz. Un gran logro para las mujeres de la época ya que se les exigía que a la vez de ser damas virtuosas, y en el caso de las aspirantes a pintoras ser talentosas, cosa que no se les demandaba a los hombres.Fue una artista con un especial talento para el dibujo. Sus retratos son elegantes y ricos en color, muy sentimentales e idealizan al modelo. Muestra de ello es el retrato de esta mujer de piel clara y mejillas sonrojadas, que es un claro ejemplo de los nuevos retratos que emergieron después de la Revolución Francesa encargados por la burguesía. Su vestimenta ya no refleja al antiguo régimen, caracterizado por el uso de pelucas, corsés, lunares postizos, y adornos excesivos; sino a una nueva sociedad que usa un atuendo menos rebuscado, con telas vaporosas y escotes pronunciados, peinados más naturales y en general un lenguaje corporal naturalista, antítesis de la frivolidad de la aristocracia prerrevolucionaria.