Cambios paradigmáticos del teatro mexicano. Siglos XX y XXI

Lejos de una evolución que implica necesariamente las ideas de progreso o decadencia, el teatro mexicano del siglo XX y lo que va del XXI se ha movido, y se mueve, simultáneamente en varias temporalidades: las expresiones escénicas más al día conviven con un teatro medieval arraigado en nuestras comunidades gracias a un poderoso sincretismo; el desarrollo del lenguaje dramático o aquel propio de la puesta en escena suceden o han sucedido a la par del surgimiento de otros teatros originarios. Espontáneas manifestaciones de un eterno afán de representación que se hacen patentes al tiempo que se pone en crisis el concepto mismo. Del mismo modo, nuestro teatro se ha desplazado entre diversos paradigmas que se interpretan conforme a los contextos históricos, políticos o artísticos específicos y que podemos dividir entre aquellos intrínsecos a la creación o los lenguajes de la escena y aquellos extrínsecos relativos a los sistemas de producción y recepción o a las políticas culturales. Como en todo ejemplo de actividad humana, esta división se caracteriza por la permeabilidad de sus fronteras y la complejidad de sus relaciones.