Niñas tejedoras

Desde la fundación del Taller de Gráfica Popular (TGP), Leopoldo Méndez y muchos de sus colegas colaboraron activamente en distintas iniciativas políticas y editoriales de Vicente Lombardo Toledano. Buena parte de los trabajos distintivos del TGP fueron aportaciones gráficas para ilustrar la revista Futuro y diversos carteles, hojas volantes y otros impresos publicados por la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Universidad Obrera de México, instituciones creadas y dirigidas por Lombardo en la década de los años treinta del siglo XX. Igualmente sobresalen las imágenes y diseños realizados, años después, para el Partido Popular y la campaña presidencial del político y abogado poblano.Protagonista en la escena política nacional después de la Revolución Mexicana, Lombardo Toledano fue uno de los más distinguidos ideólogos y dirigentes entre los sectores obreros y sindicales, al tiempo que participó en la integración de varias de las organizaciones de trabajadores más importantes del momento. Como representante y dirigente de éstas, promovió activamente la integración y participación mexicana en distintos foros y organizaciones obreras internacionales, como fue el caso de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), fundada en 1938 y de la cual fue presidente hasta su disolución en 1963.Con motivo del décimo aniversario de la CTAL y de su tercer congreso general, celebrados en 1948, el Taller de Gráfica Popular editó una carpeta conmemorativa que incluyó diez estampas a partir de un igual número de grabados en linóleo, así como un prólogo firmado por el TGP. Esta publicación, cuya portada fue diseñada por Hannes Meyer, fue realizada en la imprenta Galatea y su tiraje alcanzó los trecientos ejemplares numerados.La estampa numerada con el número siete fue realizada por Leopoldo Méndez y alude al funeral del militante comunista y congresista cubano Jesús Menéndez Larrondo, quien trabajó en el sector azucarero y participó en la dirigencia de los movimientos obreros de la isla caribeña hasta su violento asesinato, cometido el 22 de enero de 1948 a manos del militar Joaquín Casillas. La noticia de la muerte del "General de las cañas", como lo denominó Nicolás Guillén, cobró relevancia a nivel internacional entre los simpatizantes de su causa política. La imagen, una escena piadosa a la vez que homenaje al dirigente obrero, es elocuente con los recursos característicos de la clásica iconografía cristiana: en ella se contempla el torso desnudo del mártir asesinado entre una sábana y lo que posiblemente sea una corona floral que se dispone tras su cabeza, mientras una mujer se reclina hacia él con un gesto de dolor e impotencia. Tras ellos se despliega, entre otras, una gran bandera con las iniciales de la Central de Trabajadores de Cuba, organización obrera en la que el político afroamericano asesinado tuvo una notable participación desde su fundación en 1939.