El pobre Lázaro y el malvado rico (banquete en casa de Herodes)

El pintor Domenico Fetti fue un prolífico pintor cuya carrera se desarrolló principalmente en Mantua y Venecia. Protegido del cardenal Fernando Gonzaga, realizó frescos para la catedral y el Palacio ducal en Mantua entre los años 1613 a 1622. En su estancia en la ciudad de Venecia, Fetti adoptó el rico cromatismo veneciano y lo reinterpretó junto a los cánones de monumentalidad y dramatismo de influencia caravaggista. Es en Venecia donde el pintor realizó diversas pinturas de género adaptadas a temáticas religiosas en pequeño formato, especialmente del Nuevo Testamento: algunos de estos trabajos son resguardados en la Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos de Dresde. Es probable que la obra del Museo Nacional de San Carlos pertenezca a esta misma temporalidad. Domenico Fetti, narra el pasaje Evangélico del mendigo Lázaro. En esta pintura vemos la exaltación de los sentidos propia del estilo barroco, las delicias del banquete, con la majestuosidad de la arquitectura y el deleite de la música, enmarcados por el cortinaje rojo, que era usado en aquella época como símbolo de jerarquía, mismo que es violentado por el mendigo y resalta lo efímero de los placeres terrenos. La irrupción es acentuada por la manera en que el pintor congela el movimiento y nos presenta el instante en que Lázaro pide las migajas de los ricos y los perros le lamen las heridas. Su inclusión en primer plano da la sensación de causar una detención en el tiempo misma que provoca la reflexión del espectador. La obra perteneció a la primera colección Alberto J. Pani.