Cuento Arturo el leñador

La imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, fundada en 1880, dedicó buena parte de su producción al público infantil y juvenil, especialmente en formato de cuadernillos de 16 páginas: manuales de magia y prestidigitación, colecciones de adivinanzas, la Galería de teatro infantil: colección de comedias para ser representada por niños o títeres y numerosos cuentos. Los cuentos, como Arturo el leñador, provenían de diversas fuentes, tanto orales como escritas, y de diversas tradiciones, tanto nacionales como extranjeras. La portada está impresa en tintas roja y negra, diseño que distinguió los cuentos impresos por Antonio Vanegas Arroyo. En ella se ve un hombre vestido como musulmán: con un fez en la cabeza y una túnica roja, ceñida en la cintura por una fajilla, donde se asoma el mango de un cuchillo o un puñal. Está flanqueado por dos leones sobre los que posa las manos, de tal manera que parece acariciarlos y protegerlos; los animales apoyan sus cabezas mansamente sobre su cuerpo. La imagen se completa con una reja alta que se encuentra entre dos columnas, elemento que contrasta con el piso que parece rocoso y agreste. Desafortunadamente no se cuenta con el relato ilustrado que se extendía por las 16 páginas interiores de este cuadernillo, por lo que no queda claro si el hombre representado es el protagonista u otro personaje del cuento. Sin embargo, queda claro que es uno de los clásicos relatos de aventuras donde las virtudes del protagonista —valor y generosidad—, le permiten vencer los obstáculos que se le cruzan en el camino.