La petición del agua

Este es uno de los ritos más antiguos de los pueblos de San Pablo y San Nicolás, se realizaba en temporada de sequía (abril y mayo). Familias enteras se reunían en el atrio de la iglesia y dirigidos por cuatro brujos, iniciaban la peregrinación. Al ritmo de los sones que tocaban los músicos con instrumentos de cuerda, flauta y tambor, de los cohetes y del bullicio de la gente, subían hasta la cima del cerro hasta llegar a la cueva, en la que se encuentra el nacimiento del agua. Estando todos ahí, los brujos se paraban alrededor del manantial y llenaban las jícaras con agua y la tiraban hacia arriba, al mismo tiempo que oraban. Recuerdan los pobladores que generalmente, cuando empezaban a bajar del cerro, se soltaba la lluvía, señal de que el cerro estaba contento.