75 años de danza en el Palacio de Bellas Artes: memoria de un arte y un recinto vivos (1934-2009)

El 30 de septiembre de 1934 el presidente Abelardo L. Rodríguez inauguró el Palacio de Bellas Artes (PBA), recinto con capacidad para dos mil doscientos espectadores, cuya construcción se había iniciado treinta años atrás. El público acudió a conocer el templo de las musas y deambuló incrédulo por el interior del edificio, como un viaje de alucinación y de ensueño, para luego presenciar La verdad sospechosa con la Compañía Dramática del Palacio de Bellas Artes, dirigida por Alfredo Gómez de la Vega, y protagonizada por la actriz María Tereza Montoya. Sólo dos días después llegó la danza al palacio hundido, presentándose el 2 de octubre la compañía más prestigiada del mundo en esos momentos, el Ballet Ruso de Montecarlo, que avasalló a los espectadores con la síntesis de tradición y modernidad de su propuesta artística. Ese fue el inicio de la historia de setenta y cinco años de ese teatro que ha sido considerado el más importante del arte escénico mexicano y que ha dado cabida a numerosas compañías y solistas. En este libro Margarita Tortajada nos muestra un panorama de la danza que ha visitado el PBA: los diferentes géneros, los momentos históricos en que predominaron unos sobre otros y la diversa aceptación que han tenido a lo largo del tiempo; las compañías y bailarines más festejados; los éxitos y fracasos más sonados; la censura; los apoyos oficiales obtenidos; los gustos y modas, así como la permanencia de Obras y creadores; el lenguaje empleado por los cronistas y críticos, sus estilos, cambios y profundidad de descripciones y análisis. Todo ello es testimonio de la historia de la danza y del Palacio de Bellas Artes, un arte y un recinto que están vivos.