Estudio mural de la penitenciaría

El pintor mexicano, Manuel Rodríguez Lozano inicia su formación artística en 1910 de manera autodidacta. Durante su estancia en París, de 1914 a 1921, establece contacto con Henri Matisse, Georges Braque y Pablo Picasso. Debido a la aproximación con los nuevos artistas y tendencias artísticas europeas, fue capaz de construir un estilo propio con el que propuso la configuración de un arte mexicano alejado de los temas tradicionales del muralismo. Su obra estuvo caracterizada por la expresión de la vida del pueblo mexicano a través del costumbrismo y el uso de la figura humana como eje prototípico. Este estudio fue realizado para el mural titulado La piedad en el desierto durante el encarcelamiento del pintor en Lecumberri debido a una falsa acusación por el robo de tres obras pertenecientes a Alberto Durero. De acuerdo con la crítica de arte Berta Taracena, la obra de Rodríguez Lozano se puede dividir en tres etapas: una primera de tipos mexicanos, una segunda monumental y una tercera denominada blanca. Este fresco pertenece a su última etapa: el uso de fondos amplios y lisos enfatizan el desolado ambiente; la composición triangular remarca la expresividad, languidez y palidez de los cuerpos. La obra de Lozano tiende a recuperar iconografías que transmiten la visión angustiada y reflexiva de temas como la muerte, la soledad y el dolor, además de hacer uso continuo de connotaciones religiosas y simbólicas que en este caso remiten a La Piedad de Miguel Ángel en la cual María sostiene el cadáver de Jesús cuya composición triangular en este estudio ofrece un carácter místico.