Las huérfanas

La obracontiene algunos de los conceptos morales del último tercio del siglo XIX en México, que coinciden con abundantes figuras literarias de la época. Están presentes sutiles referencias simbólicas sobre el destino de dos muchachas, cuya edad transita entre la infancia y la adolescencia. Cabizbajas padecen la pérdida de sus dos progenitores, deducción dada por las dos coronas de laureles, una de ellas colocada sobre un pequeño promontorio, en el que tal vez sobresalía una cruz. La figura que está de pie, aunque luce triste, es la que conserva la calma, posiblemente sea la mayor de los dos y como tal debía mostrar madurez y brindar consuelo a su hermana, cuyo sufrimiento es más evidente pues está de rodillas. Conforme al pensamiento de la época, la falta de madre representaba la ausencia de guía moral. Como un sutil augurio de esta situación, Dumaine representó a la niña arrodillada con la cabeza y hombros descubiertos, en contraste con la que está parada, cuya integridad se ve reforzada al estar casi totalmente cubierta, luciendo un aspecto virginal. Ambas están descalzas, lo que pudiera simular la pobreza en la que caerían por no contar con su padre, a quien la sociedad de entonces designaba el rol de sostener económicamente a su familia. Sin embargo, la falta de calzado también podría hacer referencia a la estatuaria clásica mediterránea, como lo representa el delicado trabajo en mármol, las facciones armónicas y la vestimenta holgada de paños sueltos en la que se adivina una anatomía proporcionada. Cabe notar que el escultor añadió elementos que expresan un sentir local de la indumentaria a través de los peinados de las figuras y los flecos de sus mantos. Esta obra, si bien pudo haber sido un encargo para un suntuoso monumento funerario, tanto el mármol como su modelo en yeso, formaban parte de la colección de las galerías de la Academia de San Carlos.