La siembra

Pueblerina (1948) es el título de una de las obras más reconocidas de la filmografía dirigida por Emilio Fernández, en la que colaboraron el cinefotógrafo Gabriel Figueroa y el artista plástico Leopoldo Méndez. Del fundador del Taller de Gráfica Popular destacan las diez estampas realizadas a partir de tallas en matrices de linóleo y que sirvieron de cortinillas para la proyección de los créditos y el título de la obra cinematográfica presentada por Reforma Producciones S.A. Para el año de la filmación, la población de nuestro país se desplegaba mayoritariamente en el campo y apenas se consolidaban las políticas agrarias de los regímenes posrevolucionarios, primordialmente impulsadas en el sexenio de Lázaro Cárdenas del Río. La idealización de la vida rural y la representación estética y política de los sectores indígenas y campesinos cobraron una dimensión pública en la iconografía del arte muralista y en la denominada "Escuela mexicana de pintura". La industria cinematográfica también contribuyó a la exaltación de estos modelos de representación. Esta estampa, la tercera en la secuencia proyectada en la película, se apega a uno de los modelos más característicos de aquel imaginario bucólico y alude a las labores del campo. En la imagen, aparecen de espaldas al espectador las figuras de "Aurelio" y "Paloma", los dos personajes protagonistas del filme dirigido por el "Indio" Fernández, quienes siguen el paso de una yunta tirada por dos bueyes mientras labran y siembran la tierra. El plano contrapicado de la perspectiva, la diversidad de calidades logradas por la talla en la placa de linóleo y el peculiar alto contraste característico del grabado en relieve, nos ponen como espectadores frente a una composición de orden monumental. De ahí la eficacia de la imagen de Leopoldo Méndez de acuerdo con el formato de una proyección cinematográfica y los planos capturados por la lente de Gabriel Figueroa. Tanto el reconocido fotógrafo como el grabador nacido en 1902 fueron dos de los colaboradores que aportaron significativamente su talento, de la mano de actores, guionistas y productores, para las obras dirigidas por el célebre director y actor mexicano durante la denominada "época de oro" del cine mexicano.