Juego, Batalla del Cinco de Mayo

Sobre esta hoja volante está impreso el tablero para un juego de mesa. El tablero consiste en una cruz formada por cinco cuadrados del mismo tamaño; cada uno de ellos está dividido en cuatro cuadros más chicos y cruzado por diagonales que unen sus vértices, formando ocho triángulos en su interior. Las líneas divisorias horizontales son negras, mientras las verticales y las diagonales son blancas. En cada uno de los vértices de los cuadrados chicos hay un dibujo de una granada, algunas parecen expedir más humo que otras. Debido a que la cruz está enmarcada en un margen rectangular, se forman espacios fuera de la cruz que el ilustrador, José Guadalupe Posada, aprovechó para dar contexto al tablero. En la parte superior, aparece el nombre del juego, flanqueado por dos héroes de la batalla del 5 de mayo de 1862, rodeados de guirnaldas: el general Ignacio Zaragoza —a la izquierda— y el general Miguel Negrete —a la derecha—. En el espacio inferior, Posada representó la Catedral de Puebla del lado izquierdo y el cerro de Guadalupe, en plena acción militar, del lado derecho. Pueden verse las tropas francesas subiendo por el cerro hacia el fuerte, mientras, entre los magueyes, yacen algunos soldados caídos. Durante la partida, dos participantes jugaban como los defensores de la fortaleza, que era el espacio entre los retratos de los dos generales mexicanos. El resto de los espacios —donde están dibujadas las granadas— eran ocupados por los sitiadores, quienes debían provocar que los defensores salieran de la fortaleza para poder ocuparla. La dinámica propuesta era la del juego de damas, pero, mientras los generales podían moverse en todas direcciones —siempre siguiendo las líneas marcadas—, los sitiadores sólo podían moverse hacia delante sobre las líneas blancas.