Museo imaginario del teatro: Manuel Capetillo

Como espectador Manuel Capetillo rememora aquí su asombro al ver las Obras de Jodorowski y Gurrola, y la enorme diferencia que marcaban estas propuestas con las comedias familiares de Enrique Rambal. Desde entonces, como crítico de teatro su atención se dirigió principalmente al teatro universitario desde los años 70 hasta mediados de los 90. Las puestas en escena tanto de la Universidad Veracruzana como de la misma UNAM en el Teatro Arcos Caracol, dejaron una honda huella en él para su futuro desarrollo profesional en el periodismo cultural. Las cuatro Obras de Juegos de masacre de Inonesco dirigida por Héctor Azar es un ejemplo de esto, y anteriormente en los años 60, montajes como El círculo de tiza caucasiano de Brecht, Ricardo III de Shakespeare, el memorable espectáculo musical de Don Gil de las calzas verdes de Tirso de Molina dirigida por Héctor Mendoza y Lástima que sea una puta de John Ford dirigida por Gurrola. En su trabajo como ensayista Capetillo ha reflexionado sobre los montajes de Luis de Tavira, sobre todo considerando la aportación de este Director en el Centro de Experimentación Teatral dentro de la Compañía Nacional de Teatro. María Santísima dirigida por el mismo De Tavira, El príncipe de Homburg de von Kleist dirigida por Julio Castillo, In memoriam y Noches islámicas de Héctor Mendoza, Armas blancas de Rascón Banda y Dulces compañías de Óscar Liera son puestas en escena que Manuel Capetillo recuerda también con especial admiración. Principio y fin de la puesta en escena. Visión del espectador, el más reciente libro de este crítico teatral, pone el acento precisamente en esa visión del teatro de los 60 y 70 propuesta por Grotowski y Peter Brook, donde se resaltaba el papel del espectador en el ritual sagrado que representa una puesta en escena.