Resurrección de Lázaro

José Clemente Orozco es reconocido como de uno de los "Tres Grandes" dentro del movimiento muralista. Su variada producción entre la gráfica, la pintura de caballete y el mural se distingue por el ímpetu que transmiten sus personajes, sentimiento que se intensifica con su paleta de contrastes y su trazo decidido, con una clara influencia del expresionismo alemán y de El Greco. Resurrección de Lázaro muestra la maestría con la que el artista logra conquistar su estilo y lo utiliza como una forma de crítica ante la promesa de modernidad. La escena citada representa unos de los milagros más reconocidos de la Biblia: Lázaro a la espera de Jesús para que pudiera salvarlo de una grave enfermedad que lo lleva a la muerte. Jesús llega al tercer día y sufre insinuaciones por no haber llegado antes, ante el cuerpo en descomposición, la gente duda del poder del Salvador. El cuadro escenifica el momento justo en el que Jesús resucita a Lázaro ante una multitud sorprendida: dentro de una formación piramidal que tiene como eje a Jesús, en la masa del fondo se distinguen seres angustiantes y trastocados por la incredulidad, casi indignos del rescate, frente a la figura trascendente que representa una dualidad entre la oscuridad y la luz, la vida y la muerte. Esta obra fue entregada para formar parte de la colección del Museo de Arte Moderno por el Sr. Carlos Michaus, Jefe de la Oficina de Registro de Obra, en 1970, en un lote de 384 pinturas y 107 esculturas, donde le correspondió el número 68 de la lista de pinturas.