Madona con el niño o La Virgen de la Leche

La Virgen lactando es una de las imágenes marianas de mayor tradición, aparece desde el siglo II en la pintura mural de catacumbas romanas y su culto se extendió ampliamente en Italia a partir del siglo XIV, cuando un gran número de iglesias reclamaron poseer un poco de leche de la Virgen como reliquia. Al parecer la representación del tema disminuyó tras el concilio de Trento, cuando se crearon una serie de convenciones para la representación de las figuras sagradas. Jacopo Carucci, conocido como el Pontormo en honor a la localidad de su nacimiento, realizó esta composición en la que resalta la brillante paleta cromática, utilizada en la vestimenta de la Virgen; mientras que la figura del Niño sobresale por la luminosidad y la atención en las encarnaciones. La composición piramidal y las diagonales que se forman a través de la disposición de los personajes, recuerdan las enseñanzas de su compañero y maestro Andrea del Sarto.El Pontormo, quien también fue alumno de Leonardo da Vinci, Piero di Cosimo y Albertinelli, es considerado un eslabón entre el Renacimiento y el Barroco. El carácter inquieto del italiano se acopló al sentimiento de cambio que imperaba entre aquellos artistas que no se ceñían a los lineamientos del orden clásico y buscaban crear un arte de expresiones o posturas fuera de las convenciones tradicionales. Tanto es así que sus obras muestran la figura humana con proporciones poco habituales, así como una gama de color ambigua de tonos muy acentuados en contraste a otros desvaídos. Carucci recibió gran influencia de obras de arte procedentes de Alemania y Flandes hasta Italia, especialmente de los grabados de Alberto Durero. Sus cuadros permiten apreciar la adopción de un estilo muy cercano, o a la maniera de Miguel Ángel, sin haber perdido su propia identidad artística.El lienzo probablemente se encontraba en el convento de la Encarnación antes de ser trasladado a las Galerías de la Academia de San Carlos.