Una señorita que se arroja desde la torre de la catedral

Parte de la producción de impresos del taller de Antonio Vanegas Arroyo incluyó noticias sensacionalistas de tragedias, generalmente, ocurridas en el país. Esta hoja volante narra cómo una joven de veinte años saltó desde una torre de la Catedral de México, el 31 de mayo de 1899. Además, aparecen las dudas sobre las circunstancias y las razones de la tragedia, la opinión de los mirones que llegaron al lugar, etc. Por último, el redactor relaciona este suceso con una serie de desastres ocurridos en la ciudad —homicidios, temblores, quemazones, altas temperaturas— que son señal inequívoca del fin del mundo, un temor muy común en cada cambio de siglo. La cincografía de José Guadalupe Posada parece adaptarse al espacio que el extenso texto le cede. En ella, puede verse la torre de la Catedral Metropolitana y, junto a ella y en proporciones mucho mayores a las naturales, una joven que cae de cabeza. Su cabello esta revuelto y sus brazos extendidos, pero su elegante vestido no se mueve de su lugar y sólo deja ver sus pies. Junto a ella también cae un sombrero que seguramente portaba al momento de la caída. Posada eligió representar este momento del relato en lugar de la terrible imagen del cadáver que ofrece el texto: "los ojos saltados completamente de sus órbitas o lugares, la mandíbula o quijada inferior quedo fuera de la cavidad de la boca y el cráneo enteramente deshecho y en fragmentos horripilantes…"