Inmaculada Concepción

El marco pertenece al siglo XIX.

La miniatura está montada en un marco de cobre dorado, repujado con motivos fitomorfos. Se observa la virgen estante, de larga cabellera con nimbo de estrellas, mirando contemplativa al cielo abierto porta una túnica talar en color rosa bajo y un manto en azul con ribetes dorados. Sus manos las muestra al frente, a nivel del pecho, casi unidas una con la otra. Su ceñidor, bajo el pecho, nos plasmó su estado en el que se encontraba, ya que en su pie izquierdo, asomando bajo la túnica talar y puesto sobre la luna creciente en color blanco significa la unión de lo terrestre con lo celestial, a través de su persona como madre terrenal del ungido y por antonomasia, de la humanidad. La pintura muestra pequeñas craqueladuras y reintegraciones cromáticas.