Revista Tierra Adentro 57, Naturaleza

Copia, representación o nueva creación, el arte siempre se ha definido por su actitud ante la naturaleza. Hoy, no obstante, las tendencias de vida de las sociedades modernas, la naturaleza sigue siendo su alimento, acaso, justamente, porque las barreras y amenazas que el hombre le antepone agudizan, al mismo tiempo su sensibilidad ante ella. El paisaje del Valle de México que Carlos Pellicer escribió a partir de los cuadros de José maría Velasco —texto que ha circulado en el catálogo de la exposición del pintor mexicano en Estados Unidos en 1944— es un perfecto ejemplo de nuestro sentimiento moderno de asombro y pérdida, de afán de recuperación, ante nuestro entorno físico. Entorno que quiso perpetuar la poesía del siglo XIX, como lo muestra el ensayo de José Francisco Conde Ortega que ahora publicamos. Un grupo notable de poetas nos permite una visión actual de la aproximación a la naturaleza. Tres nombres cardinales de la poesía en lengua española dibujan un "paisaje latinoamericano": Enrique Molina, Álvaro Mutis y Emilio Adolfo Westphalen. A una serie de poemas dedicados al mar por Alejandro Aura, se suman textos de Desiderio Macías y Gilberto Castellanos y seis poetas jóvenes de distintos estados de la República que, en conjunto, presentan variaciones sobre el mismo tema. Otros dos poetas, Tomás Segovia y José Luis Rivas, traen a nuestra lengua la creación, respectivamente, de Rainer Maria Rilke y Saint-John Perse, voces universales de agua percepción de la naturaleza. Rosina Conde explora otros terrenos con su entrevista al notable espeleólogo mexicano Carlos Lazcano, mientras David Huerta nos entrega sus "Seis apuntes del natural". Guillermo Fernández, por su parte, traduce una página de Leopardi, singularmente actual, acerca de la oposición entre razón y naturaleza. Como lo habíamos anunciado, iniciamos 1992 con la publicación de textos dedicados por jóvenes escritores del interior del país al examen de la obra de Octavio Paz en la nueva sección "Laberintos", dedicado expresamente, a un año del Premio Nobel, a dichas reflexiones. En esta ocasión, José Homero, de Veracruz, analizan los comienzos del escritor y su participación en la revista Taller. En "Señales" incluimos un documento que complementa la imagen del joven Octavio Paz: su nombramiento, en 1937, como profesor de artes plásticas, evidencia de una pasión que lo ha acompañado toda su vida y que ha nutrido un aspecto considerable de su obra. Ilustra este número la serie de imágenes que Albertina Contreras preparó para "Pájaros" de Saint-John Perse. Ocupa nuestro suplemento gráfico, finalmente, la obra de la pintora bajacaliforniana María Teresa Berlanga, quien, tras una compleja exploración en los terrenos del figurativismo y la abstracción –extremos que suelen tocarse-, nos muestra en su trabajo reciente la síntesis de sus afortunadas experiencias.