Revista Tierra Adentro 58, Varia

"Las voces que escuchamos en los bobeta hablan de cambios profundos e inusitados y contienen ya una forma muy distinta de percibir la realidad", observa Francisco Guzmán Burgos a propósito de los escritores jóvenes de México. Una breve exploración de la lectura de un autor por esos escritores, como los que intenta este número de Tierra Adentro, manifiesta forzosamente el común denominador y las particularidades de esta nueva sensibilidad. Octavio Paz, síntesis de muchas tentativas de la literatura mexicana del siglo XX, es, para las recientes generaciones literarias, punto de partida y a la vez horizonte para la creación de un nuevo lenguaje. Desde distintos espacios culturales, zonas geográficas, géneros literarios, los jóvenes —al menos los aquí convocados— leen a Paz y se nutren de su obra, con una objetividad y un rigor poco frecuentes en relación con una literatura que, como pocas, ha suscitados encendidas y no siempre justas polémicas. Textos de ocho escritores jóvenes —poetas y cuentistas— de distintos estados de la República, nos aproximan de modo directo a nuestra actual literatura. En esta ocasión, conviven con la poesía de Carlos Illescas, Fernando Sánchez Mayáns, Tomás Segovia y Ramón Xirau, así como la narrativa del guanajuatense Herminio Martínez, quien entrega un anticipo de su próxima novela. El también poeta Francisco Hernández nos ofrece una muestra de una antología en preparación de la poesía dedicada a la rosa. Abre esa notable selección la inédita "Décima a la rosa" de Rubén Bonifaz Nuño. La selección nos sugiere que, si las formas son infinitas, los temas también lo son. Así, en consonancia con el espíritu de quienes cantan el reino vegetal, Guillermo Fernández traduce un elogio a los árboles del poeta Camillo Sbarbaro. Los testimonios de Ramón Rubín acerca de su obra recogidos por Vicente Francisco Torres, el artículo del músico Federico Álvarez del Toro sobre las voces de la naturaleza y el de Héctor León sobre la ecología, ofrecen una adecuada contraparte. David Huerta por su lado, nos presenta una semblanza del pensador italiano Nicola Chiaromonte, escasamente conocido en México, mientras que la sección "Señales" nos recuerda al Herbert Marcuse del significativo año de 1968. Nuestras páginas a color dan cuenta hoy de la obra plástica del artista Jord Boldó, arraigado en Querétaro, obra que evoca y describe líricamente Eduardo Langagne. Carmen Cardemil, ganadora en 1990 del Premio Antoniorrobles para libros e ilustraciones infantiles, preparó especialmente la portada de esta edición. Celebramos así dos años de la nueva época de nuestra revista, en los que, a lo largo de doce números, hemos podido testimoniar las múltiples tendencias que hoy animan el quehacer artístico joven de México, así como la producción más reciente de reconocidos creadores que han dado forma ya a nuestra modernidad.