Tú sólo tú

Los artistas gráficos de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios y del Taller de Gráfica Popular (TGP) abrevaron de una de las líneas más representativas en el trabajo del impresor y editor Antonio Vanegas Arroyo, quien publicó las célebres "calaveras" ilustradas con grabados de Manuel Manilla y José Guadalupe Posada. Una constante en el trabajo colectivo procurado en el TGP fue la edición anual de obras inscritas en ese género literario popular, que lo mismo fueron publicados por sus propios medios o a manera de suplementos en diversos periódicos y revistas como La Voz de México, Ahí va el golpe o El Popular. Continuando la ruta marcada por aquellos emblemáticos grabadores y colaboradores de Vanegas Arroyo, Méndez y sus colegas perpetuaron una tradición gráfica festiva al sumar su talento con la colaboración de escritores invitados para crear, cada mes de noviembre, mordaces pero humorísticas imágenes alusivas tanto a la Muerte como a los acontecimientos que, a lo largo del año, había marcado la vida social, artística, cultural y política de México y el mundo. A la cargada, calaveras es el título de la publicación del TGP correspondiente al año de 1951, para la cual Leopoldo Méndez realizó la imagen de la portada a partir de un grabado en linóleo. Colaboraron igualmente en estas "calaveras" otros artistas gráficos identificados en el Taller, como Alberto Beltrán, Pablo O’Higgins, Ángel Bracho, Mariana Yampolsky, Ignacio Aguirre y Adolfo Mexica, mientras que la realización de los textos corrió a cargo de Luis Córdova y Juan de la Cabada. Tú, solo tú o Arcos y charcos recrea en imagen los versos alusivos al penúltimo informe de gobierno de Miguel Alemán. Para ello, Méndez contrasta satíricamente, al igual que el texto que acompaña la imagen, la fastuosidad del acto presidencial celebrado en la Cámara de diputados con las trágicas consecuencias de las inundaciones que se registraron en una tercera parte de la ciudad durante el verano de ese año y la situación económica marcada por el alza de precios de los productos básicos: "Mientras en las calles los charcos abundan, los suelos se inundan, la gente se asfixia de un horrido hedor, pasa el triunfador, dúctil de palabra lejos de esa pena abyecta y macabra que sufre a toda hora el trabajador. Mirando lacayos catrines y necios no ve la miseria por los altos precios que sus socios ponen al maíz y al frijol; que habitan los pobres en antros sin sol, cuyos viejos techos caen, los aplastan, ínterin los miles de pesos se gastan en ramplones arcos, cintajos y marcos y fotografía -reflejada en charcos- del PRIMER OBRERO, CAMPESINO-GUÍA, SIN PAR CABALLERO […]"