La vida en una cajita. ImÁgenes costumbristas

Que lo grande surja de lo pequeño es … una de las fuerzas de la miniatura.
Gastón Bachelard. La poética del espacio (1957).

En el arte popular mexicano, la miniatura constituye una de las expresiones más bellas y delicadas. Esta exposición está conformada por una selección de cajas en pequeño formato, que representan espacios de la vida diaria y tradiciones populares. Las piezas forman parte del acervo del Museo Nacional de Culturas Populares en la Ciudad de México y fueron creadas por María Teresa Romero y José de Jesús Valdez, quienes encontraron en distintas localidades del país, una fuente de inspiración para la configuración de estos trabajos.

Las obras recrean en pequeña escala escenarios cotidianos donde se muestran algunos oficios, como la alfarería, así como lugares tradicionales de comercio, como zapaterías, estanquillos, bazares, tiendas de abarrotes, paleterías, mercados o jugueterías. Están representados, también, espacios familiares como la cocina mexicana y altares ligados a tradiciones como el Día de Muertos.

Retablo en miniatura "Alfarería Tonalá"
Museo Nacional de Culturas Populares

Retablo en miniatura "Cantina toma de Torreón" / Ma. Teresa Romero, José de Jesús Valdez
Museo Nacional de Culturas Populares

Estos pequeños ambientes son evocadores de recuerdos y actúan en el terreno de la imaginación y de lo lúdico. En ellos, el detalle en la factura de los objetos permite jugar con las ideas de esencia y apariencia de las cosas. Aquí las ollas, zapatos, muebles, juguetes y demás elementos, fueron reducidos en su tamaño sin suprimir los rasgos del objeto original. Por ello, están provistos de realidad, pero también de una ilusión, que los concibe como escenarios donde el juego es posible y la mente puede crear historias o bien, asociarlos con memorias individuales o colectivas.

Las piezas que conforman la exposición son testimonios de lugares cotidianos y entrañables, así como de tradiciones y devociones importantes en la cultura de nuestro país. Exhiben la minucia y destreza de los artistas, permiten que la imaginación actúe y son contenedores de valores simbólicos y anecdóticos. Son pequeños artificios atravesados por las nociones de lo real, lo visible y lo representable.